La civilización china fue una de las más influyentes para el continente
asiático y para el resto del mundo. Esta, ubicada originalmente en
las cercanías de los ríos Amarillo y Azul, logró progresar rápidamente gracias
a sus fértiles suelos y al favorable paisaje natural, sin contar su admirable
sed de progreso y creatividad.
Sus grandes avances tecnológicos, astronómicos, artísticos,
arquitectónicos, etc, hicieron de esta cultura una de las más grandes y
reconocidas de todo los tiempos, ganándose un significativo lugar en la
historia Universal.
A continuación se presentan algunos aspectos generales sobre esta
antigua civilización.
Importancia de los grandes ríos
Los grandes ríos que cruzan China son dos: el Hoang-Ho (río Amarillo) y
el Yang-tse-Kiang (río Azul). Ambos ríos surgen de las montañas de Tibet y
desembocaban el Mar Amarillo. El río Yang-tse-Kiang posee mayor extensión que
el río Hoang-Ho.
Estos ríos han dividido China en diferentes
regiones, pero gracias a estas vías fluviales la cultura ha seguido en
desarrollo.
Por otra parte, el territorio chino es
caracterizado por diversos aspectos fundamentales:
- Presencia de climas muy variables gracias a la
extensión territorial.
- Gran diversidad, tanto en agricultura como en
fauna.
- Posee un suelo fértil, por lo cual favorece
y enriquece la agricultura (cultivos de arroz, moreras, caña de ázucar, té,
trigo, etc). Sin embargo, el arroz constituyó el principal elemento de
alimentación.
- Labores mineras (yacimientos de cobre, oro,
hierro y plomo).
Organización social y económica
-Económica:
Desde el comienzo, la organización china estuvo basada principalmente en
la agricultura, pero posteriormente fueron creadas las industrias, por ejemplo,
la metalurgia (especialmente el bronce), la porcelana y la seda (estos
productos hicieron que los chinos tuvieran un buen comercio, y esto llegó a
extenderse hasta el mundo mediterráneo).
-Social:
La estructura social de la civilización china se caracteriza
principalmente por la existencia de una gradación y su escrupuloso respeto por
las jerarquías.
En la plenitud o esplendor se encuentra el
emperador, considerado de origen glorioso y se pensaba que había recibido su
poder por virtud o por las órdenes de los dioses. Por supuesto, el emperador se
ubicaba en la aristocracia nobiliaria, la corte. Ésta aristocracia estaba
compuesta también por terratenientes y por caudillos militares (que establecían
cargos en el ejército).
En el nivel tercero se ubicaban los mandarines
(funcionarios de confianza del Imperio), que a su vez estaba formado por: los
gobernadores, jueces, funcionarios policiales, recaudadores de impuestos y
supervisores de las labores agrícolas. Los mandarines se preocupaban de la
vigilancia agrícola y el buen funcionamiento del regadío.
Los campesinos, que pertenecían a la mayoría de la
población, se encontraban en el cuarto nivel. Éstos trabajaban los
campos de los terratenientes en condición de arrendatarios.
Finalmente, en el último nivel, estaban los
esclavos (los más perjudicados), eran prisioneros de guerra y habían perdido
totalmente su libertad por las deudas.
Organización política
Aunque no se conocen datos específicos sobre los
primeros inicios de la política en china, se sabe que la mayoría de las
dinastías que reinaron este territorio utilizaban un sistema semejante a
la monarquía absoluta, bajo el poder de un emperador que era reemplazado por un
heredero tras su muerte. Las dinastías que rigieron China fueron:
-Dinastía Xia
-Dinastía Shang
-Dinastía Zhou
-Dinastía Qin
-Dinastía Han
-Dinastía Jin
-Dinastías Meridionales y Septentrionales (Wei del
Norte, Wei del Este, Wei del Oeste, Qi del Norte y Zhou del Norte)
-Dinastía Sui
-Dinastía Tang
-Periodo de Cinco Dinastías (Liang Posterior, Tang
Posterior, Jin Posterior, Han Posterior, Zhou Posterior)
-Dinastía Song
-Dinastía Yuan
-Dinastía Ming
-Dinastía Qing
Otro aspecto de la política en la civilización
china fue la burocracia, a la que se le dio mucha importancia dentro del
gobierno nacional. Este sistema estaba a cargo de los funcionarios públicos y,
con el paso del tiempo, fue generando una rutina monótona que marcó en parte
el carácter de los ciudadanos.
Durante la dinastía Qin se crearon las leyes de la
propiedad privada y de igualdad para todos los ciudadanos, incluyendo el pago
de impuestos. Aquello tenía el fin de unificar a las diversas regiones que
componían China en aquel entonces, todos bajo una misma ley.
Religión
China nunca ha sido un país muy religioso,
puesto que se basaban tanto en el confucionismo, como en el taoísmo y/o el
budismo, considerados más bien filosofías que regían el modo de vida y conducta
de los ciudadanos.
A diferencia de las religiones occidentales, los
chinos no se apegaban a alguna divinidad en especial, sino en las
fuerzas de la naturaleza. Creían en que cada ser vivo tenía un deber
en esta tierra y que ya tenía ganado su lugar en el cielo, siempre y cuando
cumpliera con dicha “misión” por la que fue enviado.
Aún así tenían algunas “deidades” celestes y
naturales, como el dios del cielo o el cielo en sí, quienes se adoraban en
templos.
Estos constituían una parte importante dentro de la
sociedad china ya que no solo en los templos se les rezaban a deidades, sino
que también miles de familias hiban a orar por sus antepasados, rito
obligatorio para cualquier ciudadano.
Esta cultura siempre fue tolerante en cuanto a la
religión. No demostraban rechazo por ninguna de las religiones extranjeras ni
por las diversas creencias que existían dentro su propio territorio. De hecho,
los que creían en el taoísmo, en el confucionismo o en el budismo,
convivían con gran armonía, puesto que consideraban estas tres visiones como
distintos modos de llegar a la misma meta: la iluminación del alma. También
estaba el caso de Matsu, la Diosa del Mar, una deidad folklórica de Taiwan; y
Kuanyin, la diosa budista de la Misericordia, las que se adoraban a veces en un
mismo templo.
Arte
Los chinos desarrollaron grandes aportes a las
artes, tanto en la arquitectura, la pintura, la literatura, la escritura y
las telas.
El arte de la arquitectura surgió con la dinastía
Zhou, la que debía cumplir dos funciones fundamentales: la belleza y/o estética
y la funcionalidad.
Los hogares debían ser siempre estilizados,
contando con jardines, lagunas y delicados detalles en las cerámicas y
estampados de paredes.
Dentro de las obras arquitectónicas que más
destacan están las Pagodas (construcciones de varios pisos con techos
superpuestos, uno sobre otro), la Gran Muralla China (levantada con el
propósito de defender a la nación de la invasión de los nómadas xiongnu de
Mongolia y Manchuria y que, debido a su longitud y altura, puede verse desde
el espacio.) y el Ejército de Terracota (figuras de soldados y caballos a
tamaño real hechos de terracota, construidos bajo el mandato del autoproclamado
primer Emperador de China, de la dinastía Qin. Al enterrarlos se creía que el
Emperador seguiría teniendo tropas bajo su mando, aún después de muerto.)
La escritura es uno de los aspectos más
característicos dentro de esta cultura, debido no solo a su valor como
canal de difusión, sino como parte de su repertorio artístico. Con signos
compuestos básicamente por elegantes y refinadas curvas, la caligrafía china
es, en gran parte, considerada más como un arte abstracto, lleno de armonía y
ritmo.
La seda, uno de los grandes descubrimientos
realizados por dicha cultura, comenzó como una nececidad basica, para luego
transformarse en un sofisticado y exclusivo arte, restringido unicamente al
Emperador y a sus allegados. Basada en la sericultura, la seda se convirtió en
uno de los tesoros más esquisitos de aquella época, manteniendo o incluso
aumentando su valor hasta nuestros días.
China es y siempre será una de las mayores influencias culturales a
nivel mundial, debido a sus innumerables aportes que ya son patrimonio dentro
de la historia de importantes pueblos tanto en oriente como occidente. A
pesar de lo primitivo que puedan parecer algunos aspectos (tales como la
posesión de esclavos) esta cultura nos sigue asombrando por sus grandes
descubrimientos, que actualmente representan parte fundamental de nuestras
vidas. Así, sin lugar a duda, China fue una de las más grandes
civilizaciones de la historia, de la que aún podemos seguir aprendiendo y
maravillarnos.
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